Los pisos laminados, vinílicos y madera están fabricados con la última tecnología, por eso poseen un acabado y un brillo perfectos. En esta nota veremos la mejor manera de limpiarlos para extender su vida útil y cómo resaltar su brillo para que quede como nuevo.
Limpieza rápida y un brillo permanente
Los componentes de su fabricación están pensados para tener el brillo ideal y que se mantenga intacto durante muchos años. Aun así, como en cualquier otro piso, es necesario ocuparse del mantenimiento y limpieza de forma metódica y sistemática
Tips simples para el mantenimiento
Lo ideal para limpiar un piso flotante laminado, vinílico y madera, es siempre tener a mano un paño suave y seco, posiblemente con algún producto preferentemente en aerosol, nosotros recomendamos los Velurex (Pisos Laminados, Vinílicos y Madera). Los podrás encontrar directamente en nuestra pagina. El paño ideal es el de microfibras, que está diseñado para atrapar las micropartículas de polvo y darle ese brillo inmaculado de recién comprado. Aquí hay otra nota con Tips para Mantener los Pisos Vinílicos Cuidados y Limpios.
¿Cómo hacer una correcta limpieza profunda y duradera?
Cuando la suciedad es mayor la zona necesitará una limpieza más profunda. En estos casos se sugieren los siguientes pasos:
- En principio barrer o aspirar el polvo.
- Luego utilizar un trapo de piso húmedo (no mojado) aplicando idealmente con algún dispensador directo al paño el producto VELUREX, lo fundamental es que quede lo más seco posible como para pasarlo apenas húmedo. De esta manera se transmite la menor cantidad de humedad al piso lo que llevará a una vida útil más larga.
- Después es necesario ventilar el ambiente abriendo ventanas o mediante alguna ventilación mecánica. La corriente de aire generada favorecerá a que la humedad restante se evapore lo más pronto posible. Como recomendación lo mejor es no pisar cuando todavía la superficie no ha terminado de secarse, para evitar que queden las marcas opacas de calzado en el piso.
- Por último repasar con un paño suave y seco, preferentemente de microfibra también, para darle el brillo final y que atrape los últimos restos de polvillo que puedan haber quedado.
Este procedimiento es clave realizarlo de vez en cuando pero, se recomienda cada 15 días, dependiendo del uso.